Resumen de la obra VAMOS A CALENTAR EL SOL
VAMOS A CALENTAR EL SOL
AUTOR:
José Mauro de Vasconcelos
PERSONAJES:
- ZEZE: El simpático, inquieto y subyugador protagonista de mi planta de naranja lima , lo volvemos haber pero ahora con nuevas aventuras pero ahora con once años de edad , con una tristeza que su sapo se lo va ser olvidar.
- HERMANO FELICIANO: Para Zeze su querido fayolle, de cabeza pelirroja de pelo muy recortado.
- MAURE CHEVALIER: Un artista francés
- ADÁN VASCONCELOS: Un sapo curu curu
- JOAOZINHO: El piano de Zeze.
- TULU: Perrito de Zeze que un día Zeze, Adán y tulu iban a huir en un barco hacia alta mar .
- TARCISO MENDEIROS: El único amigo de Zeze que sentaba junto a el en la escuela .
- HERMANO JOSÉ : Es Francés tiene las cejas gruesas y tan juntas que parecen la punta de igapó .
- HERMANO AMBROSIO. El repasaba la clase de literatura.
- RAÚL HERNANDEZ: El amigo de Maurice que es doctor.
- DOLORES: El gran amor de Zeze , es linda, muy blanca, de ojos castaños bien claros, un rostro que parece una rosa.
RESUMEN
PRIMERA PARTE
Capítulo 1: “La
metamorfosis”
A Zezé se le aparece, a los pies
de la cama, un sapo - cururú llamado Adán, de risa bondadosa, feo, pero con
ojos que solo inspiran bondad y confianza y con una gran suavidad. Zezé se
aterroriza, incluso hubiera preferido que, en vez de un sapo, Adán hubiera sido
una víbora (lisa y linda) o un yacaré (elegante nado) pero Adán es muy
amistoso.
Zezé se conmovió de su humildad
que casi llorar. El niño era algo débil y sensible. El cuerpo del sapo era
grotesco pero sus ojos brillaban mansamente. Zezé le da su apellido porque Adán
no tenía (Vasconcelos).
Zezé ya no es un niño y se volvió
una persona triste y sin ternura. Adán vino para ayudarlo a no sufrir, a
defenderse en la vida, a proteger su corazón, a enseñarle una vida nueva y ano
tener más tristeza. Él vivirá en su corazón: se hizo muy pequeñito e ingresó
por el pecho del niño a su corazón, pero no dolió nada.
A Zezé no le gusta mucho tocar el
piano. Él es flaquito y Adán muy gordo. Asiste al colegio Marista.
Capítulo 2: “Paul Louis Fayolle”
Zezé se despierta enfermo. Su
padrastro es doctor por lo que le dice que tiene neumonía (ojos congestionados,
náuseas, fiebre, debilidad). Le hicieron una inyección dolorosa. Adán dice que
no puede contar nada de él a nadie, excepto a Fayolle. Descubren que pueden
hablar con el pensamiento.
Fayolle era pelirrojo y se
desempeñaba como secretario del director. Era muy dulce con Zezé. Su nombre
completo era Paul Louis Fayolle pero todos lo conocían como el Hermano
Feliciano. Él era el único que lo llamaba “Chuch” a Zezé. Se interesaba por sus
problemas, lo consolaba y protegía.
Zezé le contó a Fayolle de Adán.
Él le cree, no duda de nada de lo que el niño le dijo. Espera que el sapo le
enseñe todo lo que es bueno y que conserve su corazón siempre honesto. A Adán
le cayó bien.
Capítulo 3: “Maurice”
El piano de Zezé se llamaba
“Joãozinho”. Siempre tenía olor a nuevo y era de marca Ronish.
Si la madre daba 1 golpe de pe
estaba extrañada por la demora, 2 golpes era que tenía que recomenzar todo y 3
golpes era la alarma general. Sino, descendía para averiguar la causa de su
desconcentración.
En el transcurso del día, Zezé
tocaba mucho el piano.
A veces, su padre los llevaba a
la playa. A Zezé le encantaba, nadaba como un pez. Eran 20 minutos de baño de
mar e intentaba disfrutarlos tanto como sea posible.
A las 2, él iba al cine. Le
dijeron que vaya al cine Carlos Gomes, pero decidió ir al Royal a ver una
película del actor Maurice Chevallier.
Zezé le contó a Adán que, en el
1º año del bachillerato, le llevó la lista de libros a su padre y él le dijo
que no valía el precio de esos libros y que en casa le iba a dar el dinero. Él
cree que se lo dijo porque no es su hijo verdadero.
Adán dice que él no muere nunca,
pero puede ser que algún día, cuando Zezé no lo necesite más, se vaya.
Zezé le confiesa a Adán su deseo
de que Maurice sea su padre, alegre y de ensueño y le pide que lo ayude a
cumplirlo.
Capítulo 4: “Risa de gallina”
Capítulo 5: “Soñar”
Zezé odiaba las visitar porque no
quería parecer amable ante gente que no le era simpática.
Maurice lo venía a visitar cada
noche. Siempre estaba muy elegante. Se interesaba de todo acerca del niño, le
besaba el rostro y comenzaba a preguntar.
Zezé le cuenta a Maurice de su
“Portuga” y de la “Guerra del uniforme, en la que él se había puesto rebelde y
se desabrochaba el uniforme porque daba mucho calor, falta de aire y dolor de
cabeza. Los Hermanos estudiaron el caso y resolvieron no castigarlo, sino que
permitirían que cada alumno lo use como quiera y el año siguiente sería
rediseñado.
Zezé había robado un poco de
veneno porque muchas veces sentía deseos de morir. Fayolle le dice que le dé la
piedra a cambio de muchos caramelos holandeses con figuritas. Fayolle lo
llamaba, además de Chuch, “Coeur d´or” (corazón de oro).
Maurice avisa a Zezé que por 1
semana no podría venir a visitarlo. Maurice lo llama “Monpti” que es la
abreviatura de Mon Petit (mi pequeño).
Capítulo 6: “Vamos a calentar el sol”
Adán invita a Zezé a calentar su
sol, el que nace en el corazón de cualquier hombre. El sol de la esperanza y el
que entibia nuestros sueños. Lo hace porque el sol de Zezé es uno triste,
cercado de lágrimas, débil, medio tonto. Para hacerlo sólo debe querer,
descubrir que la vida es linda y que el sol fue dado por Dios para aumentar
todas esas bellezas.
Zezé le cuenta a Adán que, en la
Misa, en el medio del canto, se durmió el Hermano José. Despertó cuando todos
estaban arrodillados y comenzó a cantar con un gran vozarrón. Todos se rieron
menos Fayolle (al cual Adán le dice que es “ángel”).
El padre de Zezé será operado y
su familia se irá a Río por 2 meses. En ese tiempo, Zezé quedaría internado en
el Colegio de San Antonio y nadie controlaría sus estudios. Además, el niño
decidió NO estudiar más piano, por lo que la madre le dijo que nunca más podría
abrirlo.
Capítulo 7: “El adiós de Joãozinho”
Zezé leyó todos los libros de su
padre de medicina sin que él lo supiera y ahora quiere leer el libro de un
autor que ese día iría a cenar. El libro se llama “Poeira do Diablo” (Polvo del
diablo). Zezé descubrió la cueva de los misterios de su casa en la que le
esconden todo lo que no puede ver.
La cena con el autor fue
infernal.
Maurice volvió después de su
semana de ausencia. Él le aconsejó a Zezé que se opere de las amígdalas que las
tenía siempre inflamadas pero éste tiene miedo.
Zezé extraña a Joãozinho por lo
que va y toca un poco a pesar de la prohibición de su madre. Por desgracia una
señora lo escuchó toda la tarde y se lo dijo a su madre. Ella no dijo nada pero
él enrojeció, confundido.
Zezé ahora extraña su piano.
Siente un vacío en su alma.
SEGUNDA PARTE: La
hora del diablo
Capítulo 1: “La
decisión aplazada”
Zezé adoraba las aventuras de
Tarzán.
Él está triste porque cuando lo
internen en el colegio, Maurice no lo podrá ir a visitar por esos 2 meses. Está
preocupado por la operación de su padre y se empieza a dar cuenta que lo quiere
un poco. Hablará con Fayolle por su operación de garganta. Maurice se despide
de él.
Fayolle le dice a Zezé que cuando
sus padres vuelvan, lo acompañará al médico y combinarán la operación.
Fueron los 2 meses más felices.
Hizo todo lo que quería, era libre. Incluso Fayolle le daba dinero para ir al
cine los domingos.
Se armó él solo una familia de
todos los actores que le gustaban.
El padre del niño salió bien de
la operación. Regresó, pero Zezé se quedó 1 semana más de interno en el
colegio.
Capítulo 2: “El dolor de una injusticia”
Zezé crece repentinamente como
consecuencia de su operación de garganta.
Lo que más amaba era nadar y era
muy bueno en eso.
Zezé tiene buenas notas y solo
está un poco flojo en matemática.
En su casa lo dejaron tener un
amigo. En este caso era el vecino de enfrente, que era uno de los más ricos.
Era criado por sus tías. Se llamaba João Galvão de Medeiros (Joãozinho, como el
piano).
Un día, mientras jugaban,
encontraron una gatita abandonada. A Joãozinho no lo dejaban tener animales por
lo que Zezé lo guardó en su casa en la habitación de las valijas con ayuda de
Dadada. El padre lo descubre y le prohíbe acompañarlo en la ambulancia a ver
los rayos X (que el niño tanto había esperado).
Capítulo 3: “El corazón del niño olvida, pero no perdona”
Zezé está tristísimo por lo
sucedido y le pide a Fayolle la piedra del veneno. Por supuesto él le dice que
no porque ya no existe.
Zezé charla con el Hermano
Ambrosio y él lo reta y le grita. El niño confiesa que comulga con rabia porque
si no pierde la playa y el cine. Además le dice que él cree en el olvido
(vuelve a recordar muchas veces) y no en el perdón (con el que olvida todo).
El Hermano Ambrosio le dice que
se está convirtiendo en un niño muy orgulloso.
Zezé le habla de cuando se
confiesa y comulga, que cree que es una obligación.
Capítulo 4: “El tiburón y la fracasada guerra de las galletas”
Zezé tiene en su cuarto un sillón
feo que se llamaba Orozimba y luego le pone el apellido de Maurice (Chevalier).
Zezé recibe una carta en la que
dice que su hermana Godóia tuvo un accidente de automóvil y quedó deformada.
Ella era la que él más quería.
El niño sigue enojado con su
padre que hasta no quiere ir a la playa por él. Pero inesperadamente el padre
le trae un cinturón negro de regalo, el cual Zezé no quiere usar nunca.
El Hermano Amadeo lo deja ir a
nadar por única vez, una vez más en esa semana. Zezé tenía 2 ídolos donde iba a
nadar: el doctor Renato y Ebezener. Éste último preguntó quiñen lo quería
acompañar a ir a nadar hasta el muelle del Puerto que queaba lejor. Zezé acepta
el desafío junto a su compañero Lelé. Pero Ebezener grita ¡Melón! Los 3
corrieron a un barco diferente. Zezé se negó a bajar y se quedó allí mientras
los otros se iban. Ya se estaba haciendo de noche y tenía mucho miedo. De
pronto vino el doctor Renato en un bote a remos y lo buscó y lo llevó
nuevamente a la superficie. El niño le cuenta a Fayolle que estaba muy
preocupado.
A Zezé, en su casa, lo hicieron
mandar de internado y para él era un paraíso.
A todos los daban 3 galletas
duras como rocas en el colegio. Se las guardaban en el bolsillo y luego de que
el Hermano Luis caminaba 15 minutos para ver si todos estaban dormidos,
estallaba la guerra. Un ir y venir de galletas. Obviamente lo culparon a Zezé
pero no lo castigaron y uno de los Hermanos dio una charla general. No se tomó
medida alguna.
Capítulo 5: “Tarzán, el hijo de los tejados”
Zezé le pide al Hermano Luis su
hora de estudio para leer los libros prohibidos de su casa, como lo de José de
Alentar que escribe sobre la selva como nadie. Le dice que sí porque Zezé ya
tenía todo bien planificado.
El Hermano Luis se llama, en
realidad, Waldemar.
Al leer tantos libros, Zezé se
colgaba de todos lados como Tarzán (se ganó ese apodo). Se colgaba hasta de
techos y de la campana de la Catedral. Lo retaban mucho y también amenazaban
por esto.
En el colegio inventaron la
“guerra de las toallas” (pero no fue Zezé), la cual consistía en pegarle a
alguien con la toalla mientras se distraía. Nadie se animaba a hacérselo a
Arnobio, un alumno muy musculoso. Zezé se animó y Arnobio lo salió a correr por
todos lados. Luego de una larga persecución, al final Zezé se encontró con el
Hermano Esteban (“Frankestein”). Le dijo que iba a tener un castigo muy severo.
El Hermano Luis lo llevó a
“aquella funestan sala de mesas colocadas en círculo”. Le dijeron su castigo y
le preguntaron algunas cosas.
TERCERA PARTE:
“Mi sapo - cururú”
Capítulo 1: “La
casa nueva, el garaje y doña Sevéruba”
Zezé y su flia se mudaron de
casa, a una casona enorme en Petrópolis, Natal.
El perro Tulu se recuperó y
corría como cualquier perro que nunca había sido atropellado.
En el garaje de la nueva casa,
Zezé encuentra una pila de neumáticos desinflados y un inflador. Se propuso que
todos los días inflaría neumáticos y así haría ejercicio.
Adán le puso nombre a la bomba:
“doña Celeste”. Zezé llamó “doña Maneca” al garaje.
Las cosas mejoraban con su padre.
Incluso tuvieron una corta conversación.
Zezé le enseñó a Tulu a caminar
sobre la pared.
Los vecinos de la izquierda eran
un matrimonio con una hija y del otro lado vivía una inglesa con un carácter
horrible, llamada “doña Sevéruba”. Es muy egoísta. En su patio posee muchas
guayabas rojas y Zezé robó algunas. Las robó con una punta y un clavo, una por
una.
A Zezé le gustaban mucho los
circos. Imaginaba que participaba en uno con trapecios y muchas otras cosas.
El árbol de Zezé se llamaba “doña
Gustava” y el perro de doña Sevéruba se llamaba León.
Zezé miraba con impaciencia a su
vecina que no arrancaba el mamón ya maduro. Entonces, a la noche se escapó y lo
robó. Al día siguiente doña Sevéruba estaba muy enojada, furiosa. De noche Zezé
se comió el mamón.
La “Vocecita” (conciencia) lo
incitó a que deje las cáscaras en el patio de la vecina y así armaría un gran
lío. Adán no lo pudo convencer de lo contrario, pero de todas maneras nadie se
enteró que él fue el culpable.
Capítulo 2: “El bosque de Manuel Machado”
Maurice, Fayolle y Adán estaban
disconformes con la idea de que Zezé trabaje en un circo por lo que decidió
desistir de esa idea.
La vocecita acarreó a Zezé hacia
el bosque de Manuel Machado que “lo atraía como un imán”. Fue (incluso cuando
ya era de noche) varias veces. Además, le habló acerca de las almas de otro
mundo y de volverse una de ellas. Lo hizo hacer que parezca que hay un alma en
el bosque, gimiendo muy feo.
Todos comentaban los gemidos
oídos. Todos tenían miedo. Fayolle tiene sospechas de Zezé y éste le miente
negando su culpabilidad.
Una noche, Dadada descubre a Zezé
en el bosque y se da cuenta de que él había hecho todo. Fue la última noche
porque Dadada le hizo jurar que nunca más lo haría.
Capítulo 3: “Mi corazón se llamaba Adán”
Maurice estaba muy ocupado y no
tenía mucho tiempo para ir a ver a Zezé.
De pronto, una noche se aparece
Adán fuera del corazón de Zezé, debajo de la cama y con una valija. Se va a ir
porque su misión ya se cumplió: Zezé ahora es un niño decidido y sin miedos.
Aprendió a defenderse. Zezé se entristece mucho. Se va a ir a algún lugar que
Zezé no conozca, para que nunca lo pueda hallar.
Cuando se va, parecía todo un
sueño. Zezé se despierta agitado, pero no había sido un sueño. Llega Maurice y
Zezé le cuenta todo lo sucedido. Maurice además le dice que se irá cuando Zezé
descubra el amor, y para eso le dice que falta bastante todavía.
Capítulo 4: “Amor”
Zezé tiene casi 15 años y ese
mismo año terminaba el bachillerato y se iba a Río.
Zezé se enamora de Dolores, su
vecina. Era blanca, de ojos castaños, con los cabellos rizados y rubios. La
amaba. Su padre trabajaba en el Banco de Brasil y lo trasladarían a Fortaleza,
por lo que ella se quedaría solo unos días más y luego partiría hacia Ceará.
Zezé le propone a Dadada que
planche en el garaje y que si, mientras él estaba con Dolores, venía su madre,
ella avise cantando.
A Dolores le gustaba Clark Gable
(un artista que no se parecía en nada a Zezé) y para vengarse Zezé le dijo que
a él le gustaba Kay Francis (una artista elegante, pero muy vieja).
Zezé llama a su hermana “Piraña”
porque es muy mala. Ella odia a Dolores, la critica mucho.
Cuando pasa el tranvía, Zezé y su
familia esconden los rosarios (cuando están orando) para no interrumpir ese
momento de paz.
Dolores patinaba por la vereda y
Zezé la miraba por la ventana. A ella no le gustaba Tarzán, porque ella no se
parece a Jane (la novia).
Zezé espera con ansias ver a
Maurice para contarle de su nuevo amor.
Capítulo 5: “Piraña del amor divino”
Los Hermanos se iban de retiro a
Recife, pero Fayolle le dice a Zezé que ese año se haría más tarde. Le pide que
le cuente todo. Entonces Zezé le cuenta que ahora le dan más permiso para ir a
la playa y le cuenta de Dolores, el gran amor de su vida.
El Hermano Luis le cuenta a Zezé
que 3 hermanos se han ido del colegio: los Hermanos Gonzalo y Antonio se fueron
(para siempre) y el Hermano Manuel fue trasladado a Maceió (los hermanos hacen
votos de castidad, obediencia y pobreza).
Zezé cuenta a los hermanos que la
situación en su casa ha mejorado y que ahora fuma (a escondidas).
Zezé, antes de Dolores, cuando
era más pequeño, había estado enamorado de 2 niñas más: María de Lourdes
(flaquita que daba pena) y Valdivia (gorducha, revolviendo ojos todo el
tiempo).
Zezé le cuenta a Fayolle que Adán
se fue de su corazón. Además le confiesa su culpabilidad por lo de las almas
del bosque de Manuel Machado.
Sólo faltan 14 días para la
partida de Dolores. Zezé se preocupa mucho.
Capítulo 6: “La estrella, el barco y la nostalgia”
Faltan 3 días para la partida de
Dolores y hubo un hecho estremecedor. Dadada comenzó a cantar lentamente la
canción de alerta, y como Zezé y Dolores no la escucharon, y la piraña se
acercaba a la ventaba cantó una canción casi gritando, pero era ofensiva. La
piraña la retó mucho y la amenazó con contar todo.
Lamentablemente, los padres de
Zezé se enteraron de todo lo que sucedía con Dolores. No podría ir al huerto
hasta que Dolores se haya ido, lo dejarían ir a la playa porque no tendría
tentaciones allí, podría dar unas vueltas antes de comer y después de cenar no sacaría
un pie fuera de la casa.
Los padres de Dolores también la
castigaron duramente. La habían abofeteado y algunas otras cosas más duras,
hasta la partida se quedaría encerrada en su habitación y solo saldría para
comer e ir al baño. Antes de ir a dormir, tenía que quedarse arrodillada con
una silla en la cabeza.
Y a Dadada le prohibieron charlar
con la sirvienta de la casa vecina.
Zezé nunca más vio a Dolores.
Pero siempre supo que nunca la olvidaría, y tampoco ella a él.
El Padre Monte le había enseñado
algunas constelaciones.
Capítulo 7: “Partir”
Con todo lo que implicaba ser
adolescente, las notas de Zezé se redujeron, y a duras penas llegó al 2º lugar
de la clase.
Zezé todavía no sabe lo que hará
en su futuro, si estudiará medicina, abogacía o qué. Tarcisio estudiará
abogacía.
De pronto, empezó a hacerse amigo
de su padre y de su casa. Comenzó a comprender lo difícil de criar un niño como
él.
Maurice volvió y le dijo que lo
salude, que aunque sea un adulto siempre lo salude con un beso. Él había estado
muy ocupado con muchos contratos y no había podido volver.
Zezé le cuenta todo: que las
cosas mejoraron en casa, que Fayolle sigue siendo una buena persona, que se enamoró
de Dolores y que fuma (1/2 paquete por día).
Pero Maurice le dice que el
también debe partir, así como Adán lo hizo. Porque él le había dicho que cuando
Zezé descubra el amor se iría. El niño lo descubrió, con Dolores. Maurice se
despidió y partió.
Sucedió algo hermoso para Zezé:
su padre le dio por primera vez las buenas noches.
Capítulo 8: “El viaje”
La graduación de Zezé sería una
verdadera celebración. Sería el 23/11 en el Teatro Carlos Gomes e iría el
gobernador Rafael Fernandes. Pero estalló la revolución de 1935. Hubo ataques,
bombas, ametralladoras. Duró 5 días de puro pánico. Incluso buscaron al padre
de Zezé para llevarlo a curar heridos.
En la noche llovían las balas.
Cuando los revolucionarios se fueron al interior del Estado Zezé pudo salir de
la casa vecina al teatro en la que se había estado alojando.
En su casa había una cerradura
rota y un vidrio de la terraza. Lo 1º que hizo fue ir a nadar. Pero se tardó
mucho, y ya era casi mediodía cuando regresó. Se llevó una reprimenda muy
grande.
La ciudad volvió a su calma
normal.
Zezé fue a ver a Fayolle antes de
su retiro a Recife. Zezé le cuenta que en menos de 15 días va a viajar hacia el
Sur en el “Itahité”. Fayolle le dice que va a atrasar su retiro para poder ir a
despedirlo.
Isaura (Dadada) también partió.
Pidió su cuenta y se fue de la casa.
Zezé comienza a recordar todos
los buenos momentos vividos.
Fue con su padre al barco un
rato. Cuando sonó la sirena, Zezé se despidió de todos, especialmente de
Fayolle. Y se alejó cada vez más hasta que no vio a nadie más.