EL FANTASMA Y MI HERMANO cuento creado
EL FANTASMA Y MI HERMANO
Vivía en una casa construida en 1904, era unifamiliar, con
estructura de madera sobre cimientos de hormigón. Llevo viviendo en ella desde
hace unos 12 años y a lo largo de ese tiempo mis hermanos y yo, hemos visto y
escuchado todo tipo de cosas paranormales.
Una de las historias más espeluznantes fue protagonizada
por mi hermano. Hace unos diez años mi hermano y sus mejores amigos habían
montado una banda de garaje que se dedicaba a tocar rock español o música
alternativa en español. Solían reunirse los domingos por la tarde. Ensayaban
durante las últimas horas de la tarde y primeras horas de la noche y terminaban
a las 8, pues a esa hora llegaba del trabajo y me iba a la cama.
A finales de otoño los días eran muy cortos, mi hermano y
sus amigos habían terminado de practicar y decidieron ir a otra casa para
continuar. Mi hermano entregó las llaves de su auto a un compañero para que
cargaran el equipo. Todos abandonaron el sótano y decidieron descansar un poco
después de cargarlo todo, esto debido a que el recorrido no había sido
sencillo, era necesario subir las escaleras del sótano, atravesar la cocina,
cruzar un pasillo hasta llegar al salón. MI hermano
se quedó atrás porque recordó que había dejado su cena sobre uno de los altavoces
que habían quedado en el sótano. Regresó a la habitación y buscó el recipiente
con su cena cuando por el rabillo del ojo detectó movimiento. Era una figura
sombría, escondida justo en su visión periférica. El temor dominó a mi hermano,
mis padres nos habían enseñado que, en presencia de un fantasma negativo,
debíamos rezar o maldecirlo. Mi hermano estaba tan aterrado que decidió
maldecirlo y le insultó. Mi hermano subió las escaleras a toda prisa, cerró las
puertas tras de sí y apagó las luces al salir. El último interruptor se
encontraba al lado opuesto de la puerta principal, pero esta estaba abierta y
la luz de la farola de la calle iluminaba el salón. Mi hermano sintió una mano
en su espalda, pero no se giró a ver, solo tiró la puerta para cerrarla y con
el recipiente de comida en la mano bajó corriendo los escalones y
corrió por el patio delantero hasta alcanzar su coche. Mientras llegaba a la
altura de sus amigos respiró un poco y se enfadó consigo mismo. Se había
asustado por nada. Subió por el lado del conductor, ató el cinturón de
seguridad y se preparó para salir, cuando uno de sus amigos lo detuvo y le
dijo: —Oye, espera, ¿Qué pasa con tu hermano, no viene con nosotros? Mi hermano
respondió: —¿Qué? mi hermano llegará del
trabajo tarde esta noche ¿acaso no ves que su coche no está aquí? Sus amigos se
vieron preocupados y uno rompió el silencio: — Entonces, ¿Quién iba detrás de
ti cuando salías de casa?