MODELO DE ORIENTACIÓN PARA EL DESARROLLO PERSONAL DEL ESTUDIANTE
El Modelo
integra tres componentes: autovaloración personal, visión de futuro personal y
plan de vida personal.
a. Autovaloración personal (AV)
El desarrollo de la
autovaloración personal, constituye un pilar fundamental para el desarrollo
personal del estudiante.
Esta autovaloración
personal se construye en niños y niñas a partir de la calidad de las
interacciones con las personas significativas, especialmente de las opiniones
que, explícita e implícitamente, manifiestan los padres, madres y
profesores y profesoras
sobre su comportamiento, y la manera como estas son interpretadas por niños y
niñas.
La autovaloración
personal se expresa en el autoconcepto y la autoestima que manifiesta el o la
estudiante. Para contribuir al desarrollo de una autovaloración personal
adecuada, se requiere el acompañamiento de un adulto que lo tutele, y el diseño
de situaciones pedagógicas que permitan al estudiante aprender a conocerse y
valorarse a partir de su desempeño personal.
El desarrollo de un
autoconcepto y una autoestima positiva se construye, en gran medida, a partir
de la forma como cada uno da significado a las experiencias de éxito personal,
para lo cual es necesario que los y las docentes, sobre todo los que somos
tutores, seamos conscientes del papel que cumplimos en la construcción de la
autovaloración personal del estudiante. Es importante que los docentes
promovamos en niños, niñas y adolescentes, una adecuada evaluación de los
éxitos y fracasos de su actuar. En este sentido, es indebido utilizar adjetivos
o frases que puedan agredir al estudiante, tales como: “Eres un bruto”; “Tú no
sirves para esto”; “No creo que puedas”, favoreciendo el desarrollo de una
autoestima y un autoconcepto negativos, que generen bloqueos y frustraciones
que pueden impedir el logro de metas y aspiraciones personales.
Asimismo, es importante
destacar que el desarrollo de la autoestima y la autovaloración positiva de
cada niño, niña y adolescente no debe hacerse en contraposición de los demás
(como es el caso de los premios individuales a los
‘mejores’ alumnos, que
son comparados con los ‘peores’ alumnos), por el contrario, se debe promover
que los y las estudiantes adquieran valores, en los cuales alcanzar el éxito
sea visto no como una acción individual, sino como una
acción que requiere la cooperación con
los demás.
El diseño de
situaciones pedagógicas que contribuyan al logro de una autovaloración personal
positiva del estudiante se puede realizar en la Hora de Tutoría, en el
desarrollo de las unidades didácticas de las diversas áreas del currículo, así
como en las diversas actividades que se desarrollen en la institución
educativa.
Este componente se
puede trabajar a través de las áreas de Personal social, Académica, Salud
corporal y mental de la Tutoría.
b. Visión de futuro personal (VF)
Los docentes tutores y
tutoras que hemos contribuido al desarrollo de una autovaloración positiva en
nuestros estudiantes tenemos el terreno propicio para ayudarlos a vislumbrar su
visión de futuro. Cuando un estudiante es consciente de sus capacidades
personales y tiene seguridad en sí mismo para lograr lo que se propone, surge
en él o ella una expectativa sobre las metas que pueda lograr en la vida.
Desde esta
perspectiva, nuestro rol de docente tutor consiste en ayudar al estudiante a
construir su visión de futuro.
Para
contribuir a esto podemos utilizar diversas estrategias, que van desde hacer
preguntas sobre cómo se ve en el futuro, hacer pensar en la posibilidad de
realizarse en alguna profesión u otra actividad, hasta propiciar situaciones donde
los y las estudiantes aprendan a mirar su medio social y se imaginen mejores
condiciones de vida para su familia, comunidad y país.
Es así que,
las dimensiones fundamentales de la VF son: la misión en el mundo, que
se expresa en los compromisos y convicciones con el futuro deseado por el o la
estudiante, y la visión en el mundo que es la forma de percibir la
realidad y concebir el futuro, y en la cual los significados personales, la
cultura de los y las estudiantes, la presencia de compañeros, familiares,
profesores, etc., contribuye a su configuración. Se trata de que el y la estudiante
vayan descubriendo a qué pueden dedicarse en la vida, que adquieran ideales y
tengan objetivos que deseen lograr para el futuro.
Es
importante que la visión de futuro que construya el o la estudiante tenga una
gran cuota de realismo y de esperanza, para esto es necesario que posea
información acerca de la realidad local, regional, nacional e internacional en
la que vive. Este componente se puede trabajar a través del área vocacional,
cultura y actualidad y ayuda social de la tutoría.
c. Plan de vida (PV)
Si el o la
estudiante ha logrado determinar qué es lo que quiere hacer en la vida y tiene
metas que desea alcanzar, entonces, los docentes tutores y tutoras podemos
ayudarlos a construir su plan de vida. Diseñar este plan de vida implica
reflexionar, definir y poner por escrito metas personales para un período de
tiempo determinado. Metas a cinco años o más pueden permitir que los
estudiantes proyecten y visualicen cambios importantes.
El primer
punto a considerar en el PV es la formación de principios orientadores en el o
la estudiante que guían sus acciones. Estos son criterios o valores que
orientan las decisiones que se toman. Se agrupan en un programa de vida personal
que representa una guía de acción para el logro de metas y objetivos de vida,
los cuales no deben estar desligados de su contexto familiar, comunal y social.
El segundo
punto del PV es la elaboración de estrategias y la organización de las tareas
que debe llevar a cabo cada estudiante para alcanzar sus metas y objetivos de
vida. El conjunto de estas estrategias y organización de tareas es lo
que se
denomina en el plan de vida: programa de actividad. Para lo cual se sugiere que
las y los estudiantes elaboren un listado de las posibilidades y opciones que
están a su alcance, obteniendo la mayor cantidad de información posible acerca
de cada una. Pueden consultar con profesionales que los orienten objetivamente,
identificando las ventajas y desventajas de las decisiones a tomar,
considerando las consecuencias positivas y negativas a corto, mediano y
largo
plazo. Es necesario que el o la estudiante no pierda de vista sus valores, las
preferencias de las personas que puedan verse involucradas en la decisión, ni
las necesidades de su comunidad y colectividad. En síntesis, la idea es
seleccionar la mejor alternativa, tomar la decisión y observar los
acontecimientos, para cambiar la decisión si es necesario.
El tercer
punto es el carácter existencial del PV. Este no solamente se remite a
establecer metas u objetivos académicos, también se dirige a promover cambios y
mejoras en las relaciones interpersonales, permitiendo que los y las
estudiantes puedan compartir, conocerse, aprender a valorar a los demás y a sí
mismos.