SANTA ROSA DE LIMA biografia
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Isabel Flores de Oliva conocida como Santa Rosa de Lima,es una santa
peruana, hija de Gaspar Flores, arcabucero natural de San Juan de Puerto Rico y
de María de Oliva. Nace el 20 de abril de 1586, fecha más probable y casi
segura (otros mencionan el 30 de abril) ya que es la fecha mencionada por el
primero de los biógrafos de Rosa, Fray Pedro de Loaiza (su confesor también) y
por sus padres como consta en el Proceso Ordinario, interrogatorio que
realizaron las autoridades religiosas sobre la vida de Rosa. Fue bautizada el
25 de mayo de 1586 en la Parroquia de San Sebastián, en Lima por el sacerdote
Antonio Polanco, sus padrinos fueron Hernando de Valdés y María Orosco.
Su infancia fue común y nada llamativa, su compañero de juego fue su
hermano Fernando el cual siempre la apoyó y ayudó. A los doce años se mudó con su
familia hacia Quives, un pueblo a 60 kilómetros de Lima ubicado en el Valle
Chillón. Es aquí donde ella recibirá la confirmación de manos de otro santo
católico, Santo Toribio de Mogrovejo, su padrino fue el sacerdote del pueblo
Francisco Gonzáles. Es en Quives donde al parecer empezó con sus
mortificaciones contrayendo un reuma muy fuerte con consecuencias dolorosas
para su recuperación que ella ocultaba a su madre.
Regresó a Lima con su familia ya siendo una joven. Debido a problemas
económicos de la familia, trabajaba el día entero en el huerto y solía bordar
con gran esmero para diferentes familias de la Ciudad y así ayudar al
sostenimiento de su hogar.
A pesar de todo, se encontraba conforme con su forma de vida y no
hubiera tratado de cambiarla si no hubiera sido por la insistencia de sus
padres a casarla. Rosa resistió por más de diez años y finalmente hizo voto de
virginidad ante la imagen del "doctorcito" para confirmar su
resolución.
Al cabo de unos años ingresó a la Tercera orden de Santo Domingo a
imitación de Catalina de Siena.
A partir de entonces, se recluyó prácticamente en la Ermita que ella
misma construyó, con ayuda de su hermano Fernando, en un extremo del huerto de
su casa. Sólo salía para visitar al Templo de Nuestra Señora del Rosario y
atender las necesidades espirituales de los indígenas y los negros de la
ciudad. También atendía a muchos enfermos que se acercaban a su casa buscando
ayuda y atención, creando una especie de enfermería en su casa y luego ayudaba
a fray Martin de Porres que ahora también es santo.