MODELO DE LALONDE
Los conceptos de modo y estilo de vida
comienzan a ser objeto de las Ciencias Médicas en la segunda mitad del Siglo
XX, a partir del redimensionamiento del concepto de salud, y, por tanto del
redimensionamiento de los determinantes de la salud.
En 1974, Marc Lalonde propone un modelo
explicativo de los determinantes de la salud, en uso en nuestros días, en que
se reconoce el estilo de vida de manera particular, así como el ambiente -
incluyendo el social en el sentido más amplio – junto a la biología humana y la
organización de los servicios de salud. Posteriormente, Castellanos (1991)
esclarece como se produce esta interacción entre los determinantes de salud con
la categoría condiciones de vida, que serían "los procesos generales de
reproducción de la sociedad que actúan como mediadores entre los procesos que
conforman el modo de vida de la sociedad como un todo y la situación de salud
específica de un grupo poblacional específico".
El reconocimiento de la determinación social de
salud, desde entonces, ha significado la comprensión del proceso salud –
enfermedad en el marco de condiciones concretas que sobrepasas la biología
humana y que abarcan desde la sociedad como un todo hasta el individuo, de
forma que la determinación social de salud se produce en diferentes niveles:
Niveles
1.
Nivel
macro social, que relaciona la formación socio – económica
como un todo y el estado de salud de la población en general.
2.
Nivel
grupal, que relaciona el modo de vida y las condiciones de vida
determinado grupo con su estado de salud.
3.
Nivel
individual, que relaciona el estilo de vida individual,
las condiciones de vida individuales y el estado de salud individual.
Según este presupuesto, modo y estilo de vida
son categorías que expresan formas particulares del quehacer humano en
determinado momento y formas de organización social que determinan el estado de
salud y que se interrelacionan entre sí con mutuas influencias.
Para Castellanos (1991) es "el resultado
de la dinámica de las condiciones particulares de vida de un grupo de
población, con el proceso general reproductivo de la sociedad y las acciones de
respuesta social ante los procesos conflictivos que se reproducen en esta
dinámica, se produce un balance que se expresa en problemas de salud y bienestar
o ausencia de ellos".
Para caracterizar el modo de vida como
determinante de salud, e han utilizado múltiples criterios, en los que la
epidemiología y las ciencias sociales han hecho grandes aportes, al establecer
relaciones entre las condiciones materiales y la forma en que los grandes
grupos sociales se organizan y e realizan productivamente en esas condiciones.
Por ejemplo: servicios de salud y su organización, instituciones educacionales
y nivel educacional de la población, tipos de vivienda, condiciones y
hacinamiento, abasto de agua e higiene ambiental.
Esta categoría resulta, pues imprescindible en
la comprensión no solo del estado de salud de una población, sino además en la
confección de políticas sanitarias y estrategias de promoción de salud, ya que
su campo barca los grandes grupos sociales en su conjunto.
El estilo de vida es un modo de vida
individual, es la forma de vivir de las personas. Se relacionan estrechamente
con la esfera conductal y motivacional del ser humano, y por tanto, alude a la forma
personal en que el hombre se realiza como ser social en condiciones concretas y
particulares. En la actualidad, se considera que la familia como grupo
particular con condiciones de vida similares, posee un estilo de vida propio
que determina la salud del grupo familiar y sus miembros, por lo que se
concibe, además, la categoría de estilo de vida familiar.
Han existido varias formas de identificar el
estilo de vida; una forma ampliamente difundida ha sido caracterizar los
comportamientos de riesgo de las personas para aludir a aquellos
comportamientos y hábitos que en un momento determinado ponen en peligro la
salud, por ejemplo el hábito de fumar, la conducta sexual desprotegida, etc…, y
las conductas protectoras de la salud, que se refieren a aquellas actuaciones
que las personas llevan a cabo para defenderse de las enfermedades y sus
secuelas.
Estos elementos resultan importantes y
decisivos para el estudio de los factores personales que intervienen en la
producción de enfermedades y, por tanto, para instrumentar estrategias de
prevención en los llamados grupos de riesgo, pero son insuficientes, para
llevar a cabo estrategias de promoción de salud, ya que se ha demostrado que el
ejercicio de conductas protectoras, cuando esta asociado a la amenaza de enfermedad
o sus secuelas, no es permanente.
Aspectos como los factores motivacionales, el
aprendizaje, las creencias y las influencias sociales, además de la historia
biológica, han sido identificados como componentes de las conductas y hábitos
que caracterizan el estilo de vida de una persona, por lo que establecer
conductas saludables y eliminar conductas de riesgo de manera estable, como
aspiración de la promoción de salud, resulta un reto para nuestra ciencia.
Se impone el análisis desde una óptica multidimensional.
Tal como expresara Rodríguez Marín (1995): "el análisis de los estilos de
vida debe hacerse desde un modelo que considere al ser humano como un punto de
corte entre sistemas sociales y microsistemas orgánicos. El comportamiento
individual se produce en la intersección de los dos tipos de sistemas, de forma
que los acontecimientos sociales y los acontecimientos biológicos tienen un
impacto recíproco sobre tal comportamiento y a su vez sobre la integridad
funcional de la persona".