Monografía ETICA Y SOCIEDAD CIVIL


INTRODUCCIÓN

Vivimos en un mundo en el cual todos compartimos ideales diferentes, en el cual se cumple aquella máxima antigua de que "todos somos diferentes", y es en ese mundo donde surge una propuesta de igualdad y justicia social denominada " ética civil".
Sabemos, por todos nuestros estudios, que el ser humano, desde los tiempos remotos, ha buscado su felicidad y que esa felicidad se ha resumido en algunos parámetros sociales y morales, e incluso religiosos (placer, ataraxia, imperturbabilidad, Dios), pero mas allá de todos esos ideales de felicidad que el hombre se ha planteado, está el hecho de que compartimos un mundo, y no podemos pasar inadvertidos o con una actitudes preocupada ante las realidades que atentan contra la vida humana.
Nuestro mundo y, para no ir mas lejos, nuestro país, vive realidades que sabemos que no son justas, que no debemos tolerarlas, pero de todos modos están ahí, incluso delante de nosotros mismos, las realidades tristes de nuestro mundo las tenemos a la vuelta de la esquina y no hacemos nada, simplemente hablamos y criticamos el sistema, pero no somos capaces de hacer nada, no intentamos cambiar el mundo aportando nuestro esfuerzo.
Es triste ver como gente que tanto habla de justicia social y de amor al prójimo no sea capaz de ayudar a estos hermanos nuestros que sufren y que necesitan nuestro apoyo, no solo porque sean "hermanos nuestros" (visión católica), sino también porque todos los seres humanos tenemos una dignidad moral, y en base a esa dignidad se nos ha de respetar como "personas", pero parece que nuestros dirigentes han olvidado que todos somos personas y han acabado sin discriminación con gente que irracionalmente han llamada "desechables", ¿Será que hay hermanos nuestros que sean "desechables"?, considero que esta visión materialista, que considera al hombre como un objeto del que se puede deshacer, debe desaparecer.
Por eso la ética civil viene a ser esa instancia normativa en la cual se establecerán las normas para todos, en un consenso, en el cual se velara por los derechos de TODOS, desde el bebe que esta por nacer hasta el abuelo que está en la cama, pasando por el "indigente", y en fin, todos los seres humanos.
Nuestro país necesita un cambio profundo, debemos entender que todos somos iguales y que nadie tiene derecho a quitar la vida de nadie, que por encima de todas las conveniencias de tipo social, moral, político, está la dignidad de la persona humana, que es altísima.
El objetivo de este trabajo es presentar lo que nos ofrece una ética civil en el mundo nuestro, pluralista y totalitario, y, de este modo sacar nuestras propias conclusiones, en el sentido de ver si en nuestro país se puede implementar este tipo de reflexión ética y, si es viable, cuando sea posible hacerlo, pero tengamos cuidado que no sea demasiado tarde, cuando ya no tengamos ninguna solución viable.

CAPITULO I
GENERALIDADES

1.1. LA ÉTICA CIVIL

En este trabajo, intentare presentar de manera general, lo que se refiere al tema de la "ética civil", viendo algunas generalidades y cosas que nos ayudaran a comprender y a juzgar la ética civil como proyecto de vida.
"La ética civil, cívica o ciudadana busca la convivencia entre los seres humanos en una sociedad moralmente pluralista, mediante la definición de unos mínimos éticos, que permitan el desarrollo de las individualidades y de los proyectos colectivos, mediante el dialogo, la responsabilidad, la solidaridad universalizable, el respeto activo, el reconocimiento de la igualdad y de la diferencia entre los seres humanos"
También, para aumentar este respecto, podemos añadir con Marciano Vidal que:
"(…) con la expresión ‘ética civil’ se alude al específico y peculiar modo de vivir y de formular la moral en la sociedad secular y pluralista. Por definición, la ética civil se presenta como la superación de las antinomias, aparentes o reales, entre la moral religiosa y la moral no religiosa, y como el proyecto unificador y convergente dentro del legitimo pluralismo moral de la sociedad democrática".
Hay quienes afirman que la ética civil surge para llenar el vacío dejado por la religión, los códigos morales religiosos, al perder credibilidad, veracidad y autenticidad en la sociedad actual o que también pretende llenar el vacío dejado por una supuesta " muerte de Dios" en una sociedad secularizada y agnóstica.
"(…) la ética civil se presenta como una ética laica, es decir, que, a diferencia de la religiosa o de la laicista, no hace referencia alguna a Dios. (…) La ética civil reconoce que (…) hay unos mínimos [éticos] que compartimos todos los seres humanos y unos máximos de los que ella no puede disponer. Estos mínimos comunes son exigibles a todo el mundo".
En conclusión podemos afirmar que la ética civil es aquella ética de mínimos, unos mínimos comunes a toda la sociedad, una ética no confesional sino laica, común, civil, mediante la cual podamos construir un mundo más justo, un mundo igual y equitativo para todos. "La ética civil nos ofrece elementos para la reflexión en torno a la convivencia y nos plantea alternativas para lograr armonía en las relaciones entre los seres humanos en los distintos ámbitos de desempeño".

1.2. DEFINICIÓN

A primera vista podemos ver que esta expresión, "ética civil", se conforma por un sustantivo, ética y un adjetivo, civil, pero, ¿A qué se refiere cada una de estas palabras?
El sustantivo "ética" pone en evidencia la labor en el orden moral, al cual se refiere como disciplina, y la ética civil, al ser "ética", sugiere una serie de normas para la realidad humana, que como vimos es común a todos. El adjetivo "civil", no ha de entenderse como si excluyera otros tipos de ética (militar, clerical), aquí el adjetivo civil es sinónimo de laica, racional, humana, secular, etc., se le coloca este adjetivo no por moda sino porque es el nombre adecuado para su función, la normatividad de la sociedad civil.

1.3. CARACTERÍSTICAS DE LA ÉTICA CIVIL

Una ética civil, entendida como la hemos explicado tiene las siguientes características:
•Ética secular-no confesional.
•Ética pluralista.
•Ética de personas consideradas ciudadanos.
•Ética de justicia.
•Ética del dialogo y de la acción comunicativa.
Para que surja una ética con las características que tiene la ética civil, deben cumplirse las siguientes tres condiciones:

1.4. LO QUE SE NECESITA PARA QUE SURJA LA ÉTICA CIVIL

Ya hemos hablado demás arriba de la necesidad de la racionalidad en la ética civil, y es que esta categoría humana (exclusivamente) es en la que se fundamenta la reflexión de la ética civil, junto con el "consenso ético del cuerpo social" y no en cosmovisiones totalitarias ni en opciones partidistas.
La ética civil no puede fundamentarse en cosmovisiones totalitarias, porque estas suponen factores que dependen de decisiones que escapan de la racionalidad única y admitida, la cosmovisiones chocan de frente con el conceptode ética civil en cuanto "mínimo ético común"; la ética civil no puede ser totalizadora, negaría el mínimo, ni con ideales opcionales, negaría el común.
Tampoco puede fundamentarse en opciones partidistas, la ética civil esta llamada a superar las opciones partidistas lo expresan y justifican, por eso solo el consenso social y, obviamente, la racionalidad, son los únicos fundamentos sólidos de la ética civil.

1.5. EXISTENCIA DE LA ÉTICA CIVIL

Podemos decir que la ética civil existe, pero no de forma autónoma e independiente, "no es una forma de ética contrapuesta a la ética cristiana, a la ética marxista, a la ética de los valores, etc.", pero no solo no se contrapone sino que la ética civil está inmersa en la misma esencia de todo proyecto ético que se basa en las reglas de juego del pluralismo democrático.
La ética civil también tiene la existencia de "un constructo teórico", es decir, es un factor común a todos los proyectos morales mediante el cual estos reciben la garantía de la autenticidad democrática. Pero todo lo dicho es en el campo teórico, pero, ¿Existe en la práctica?, podemos decir, con tristeza, que no existe, que se encuentra una notable deficiencia de ética civil, visible en los siguientes puntos:
•Ausencia de educación moral de tendencia laica: la educación moral debe ser desde y hacia la ética civil.
•Falta de sensibilidad moral frente a realidades públicas: la pobreza, la miseria, el desplazamiento forzado, etc.
•Carencia de ética profesional madura y responsable: cada vez mas irresponsabilidad en el campo laboral y profesional.
•Las lacras morales que acompañan la administraciónpublica y a la vida social en general: cada día más sobornos, corrupción, injusticia social, etc.
•Tolerancia mal entendida: una "tolerancia cero" hacia realidades que no deben tolerarse, violencia intrafamiliar, violación, aborto, etc.
No obstante estas falencias, podemos afirmar que la ética cívica es una ética en construcción, que cada día se va perfeccionando y ampliando sus barreras teóricas y prácticas.

1.6. FUENTES DE LA ETICA CIVIL

1.6.1. Los contenidos morales

Dichos contenidos se forman del consenso entre la sociedad y también mediante el dialogo entre los seres humanos, y en un sentido mas amplio, en la alteridad, que pregona la reflexión latinoamericana. Podemos presentar los contenidos de la ética civil en tres grupos:

1.6.2. Síntesis de los valores fundamentales (Derechos fundamentales).

Son las declaraciones éticas que se da a si misma la sociedad civil y los grupos humanos. Ejemplo, la declaración universal de los derechos humanos, que constituye el núcleo del contendido de la ética civil.

1.6.3. Las preferencias axiológicas.

Podemos decir que son valores que se prefieren mas que otros y son aceptados y asumidos por todos. Por ejemplo, vivir en vez de morir, ser libre en vez de ser esclavo, la igualdad en vez de la desigualdad.

1.6.4. Estimaciones morales básicas.

El valor absoluto de la vida, la libertad como primer atributo de la persona, la no discriminación de las demás personas, etc.

1.6.5. Mandamientos morales de la sociedad.

Podríamos enumerar cinco de estos mandamientos: no matar (no causar daño a otro), no mentir (no engañar), no robar (no violentar los derechos del otro), no entregarse a la prostitución (no cometer adulterio) y respetar a los padres (ayudar a los necesitados y débiles).
Vale la pena aclarar que la ética civil está sujeta a los cambios en las concepciones morales que se tiene época tras época. "La ética es la antropología convertida en origen de significados para la vida humana". Por lo tanto, la ética civil, es una ética histórica, además de las características que vimos anteriormente.

1.7. FUNCIONES DE LA ETICA CIVIL

"La categoría ética civil tiene una función específica en el terreno de la metodología moral" concretamente en:
•Introduce un dinamismo "desacralizador" dentro del universo de la moral.
•Orienta la moral hacia cotas cada vez más elevadas de "universalización".
•Crea plataformas sustentadoras del pluralismo moral.
•Tiene una función de "heurística" moral.
•Tiene una función "expresiva" de los valores morales.

1.8. ¿LA UTOPÍA DE UNA MORAL COMÚN A TODA LA HUMANIDAD?

"La ética civil pretende realizar el viejo sueño de una moral común para toda la humanidad".
Ese sueño se pretendió cumplir con el concepto de ley natural, pero en estos tiempos, ese concepto ha sido, o por lo menos busca ser, suplido por el de ética civil: "solo la secularización de la moral social puede configurar un modelo de convivencia que sirva para todos, los creyente y no creyentes, y solo desde esta plataforma podrá construirse una sociedad libre, es decir: plural y abierta."
Podemos hablar de traes creencias sobre las que reapoya la ética civil y que constituyen la decantación de lo más positivo de los paradigmas morales de nuestra sociedad y época:
•Afirmación de la racionabilidad humana: es un reconocimiento a la fundamentación racional de esta ética.
•Afirmación de la eticidad inmanente al hombre: más allá de todas las normas, leyes y mandatos, el deseo ético esta inmerso en el hombre, tanto como su misma naturaleza humana.
•Afirmación de la unidad dentro de la universalidad del género: en un mundo donde todos somos distintos, todos pensamos distinto, concebimos el mundo de modos diversos, la ética civil proclama la unidad y el compartir de ideales comunes para todos (mínimos éticos).
Hablando de la ética civil como utopía, podemos decir que es una ética en formación, que la ética civil "es mas un concepto que una realidad", es compromiso de todos, por todos y para todos, y creo que solo compartiendo los mismos ideales podemos hacer de este mundo, "el mejor de los mundos" (Leibniz).

1.9. ÉTICA CIVIL Y ÉTICA CRISTIANA

Recapitulando todo lo dicho hasta ahora, debemos aplicar a nuestro medio todo lo expuesto, y con este propósito surge un interrogante: ¿Cuál debe ser la actitud de los cristianos frente a la propuesta de una ética civil?
"La ética civil no elimina el legítimo pluralismo moral. Por el contrario tiende a justificarlo aportando la necesaria polaridad dialéctica: la diversidad de proyectos humanos solamente tiene sentido y función si se mantiene en tensión dialéctica frente a la convergencia universalizadota y unificadora que expresa la ética civil".
Pero ante la pregunta anteriormente planteada, podemos afirmar que la actitud debe ser "de una lúcida y constructiva aceptación", ciertamente este pensamiento es de otro autor, pero yo opino lo mismo y lo reafirmo en esta parte, diciendo que si un cristiano no acepta una ética civil, dejaría de luchar por la felicidad y el bienestar de todos los hombres porque no debemos olvidarnos que estamos inmersos en un mundo y como tal, debemos trabajar por la edificación de un mundo mejor.

CAPÍTULO II
LA FÓRMULA  MÁGICA DEL PLURALISMO MORAL

2.1. DEL MONISMO AL PLURALISMO MORAL

Aquellas sociedades en las que ha existido una unión po-lítica entre Iglesia y Estado de tal tipo que se han constituido como estados confesionales, se han acostumbrado a regirse por un código moral único, dado por las personas facultadas para ello desde el convenio correspondiente en­tre ambas instituciones. Éste ha sido, sin duda, el caso de España y de buena parte de países de América Latina, en los que ha estado vigente un código moral nacionalcatólico, es decir, el código moral propuesto al Estado por una parte de la jerarquía eclesiástica, ligada a un sector muy de-terminado de la sociedad; concretamente, al sector política y económicamente dominante.
En el mismo orden de cosas, otros países han vivido una experiencia similar desde credos seculares, como ha ocurrido de forma paradigmática en los países que han vivido bajo regímenes comunistas, en los que también ha imperado un código moral único, una ideología única, si bien de carácter laicista. Un determinado grupo, como es sabido, se arrogaba en exclusiva el derecho y la capacidad de juzgar acerca de lo bueno y lo malo para los ciudadanos y para toda la humanidad desde una ideología, como el materialismo histórico, presuntamente científica. Cualquier concepción moral que no se atuviera a la ideología oficial, cualquiera que discrepara de las interpretaciones admitidas por la vanguardia del partido, quedaba tachada ipso-facto de perversidad burguesa y te-nía que ser llevada a la hoguera, como en los viejos tiempos.
En todos estos países, fuera cual fuera el grado de cerrazón, el advenimiento de la libertad religiosa y, con ella, el fin del código moral único, sea religioso o secular, supuso el comienzo de un periodo de auténtico desconcierto desde el punto de vista moral. Los ciudadanos se habían acostumbrado a tomar como referente las directrices de aquellos «a quienes correspondía», bien para tenerlas por buenas, bien para asumirlas pero desde una distancia crítica, bien para rechazarlas abiertamente, situándose en la posición contraria, pero siempre teniendo esas orientaciones oficiales como punto de mira.

2.2. NO TODAS LAS OPINIONES SON IGUALMENTE RESPETABLES

Durante algún tiempo -recordemos- la incógnita quedó sin despejar. Parte de la población pensaba que sin una fundamentación religiosa de lo moral no tenía sentido hablar de moral alguna y, por lo tanto, se aferraba a la idea de que el código moral de una sociedad no puede ser mas que aquel que tiene su fundamento en la fe religiosa. Tomando como consigna la conocida afirmación de Ivan Karamazov "si Dios no existe, todo esta permitido", pensaba este sector de la población española que la nueva situación nos dividía en dos bandos: los creyentes, orientados por una moral reli­giosa, y los no creyentes, totalmente carentes de moral, pa­ra los que todo vale, cualquier cosa esta permitida.
Sin embargo, otra parte de la ciudadanía renegaba del código moral único, pero curiosamente se empeñaba en afirmar que eso de la moral es muy subjetivo y que cada quien allá se las componga en esta materia. En el terreno moral -afirmaban- es imposible llegar a un acuerdo que no sea casual, es imposible superar el subjetivismo y alcanzar intersubjetividad, es decir, afirmaciones que valgan, no solo para mi misma, sino universalmente.
Curiosamente, quienes mantenían esta última postura creían ser muy progres y estar defendiendo un "sano pluralismo moral", porque entendían que el pluralismo consiste, no solo en oponerse al monismo, sino también en afirmar que en las cuestiones morales todo es muy subjetivo, todo depende de las preferencias individuales.
Si a este subjetivismo moral añadía el progreso en cuestión la -a su juicio- indiscutible sentencia de que es imposible encontrar fundamentación alguna para lo moral, sea en la religión, sea en la razón común a toda persona corriente y moliente, creía haber alcanzado las más altas cotas de post-modernidad y progresía. No solo defendía frente a los cerriles y antediluvianos monistas, aferrados al código único por temor a quedarse sin rastro de moral, que lo moral es muy subjetivo, sino que además quedaba lo moral privado de fundamento, con lo cual parecía haberse alcanzado tras siglos de esclavitud el reino de la libertad.

2.3. NO POLITEÍSMO, SI NO PLURALISMO

La expresión "politeísmo axiológico" fue acuñada por Max Weber para describir uno de los resultado sociales a  los que condujo el celebre proceso de modernización, sufrido por los países occidentales desde los albores de la Modernidad. Según la conocida descripción de Weber, tendría este proceso un doble rostro: consistiría, por una parte, en un progreso en la racionalización de las estructuras sociales y formas de pensar y, como consecuencia de ese progreso, en un retroceso de aquellas formas de pensamiento religiosas y morales, que mantenían cohesionadas las sociedades.
El proceso de modernización occidental tendría entonces por componentes un progreso en la racionalización y un retroceso de las imágenes del mundo religiosas y mora­les compartidas; retroceso al que se ha denominado "desencantamiento" del mundo, porque aquellas creencias re­ligiosas y morales que mantenían el mundo "encantado", "hechizado", van diluyéndose frente al avance inexorable de la racionalización. ¿Es que las imágenes religiosas son irracionales y por eso retroceden necesariamente cuando prospera la razón? Obviamente para responder a una pregunta como esta es necesario aclarar primero que entendemos por racionalización, porque en su comprensión radica la clave del enigma.

2.4. ÉTICAS DE MÍNIMOS Y ÉTICAS DE MÁXIMOS

Si "politeísmo axiológico" significa que los ciudadanos de una sociedad que ha sufrido el proceso de modernización "creen" en distintas jerarquías de valores y no pueden superar ese subjetivismo, es decir, que no pueden hacerlas intersubjetivas racionalmente, porque no hay argumentos que lo hagan posible, "pluralismo moral" significa, por el contrario, que los ciudadanos de esa sociedad que ha sufri­do el proceso de modernización, comparten unos mínimos morales, aunque no compartan la misma concepción completa de vida buena.
En este sentido es en el que un buen numero de pensadores, tanto desde el "liberalismo político", como es el caso paradigmático de John Rawls, como desde lo que yo quisiera llamar un "socialismo dialógico", defendido por Karl Otto Apel, Jûrgen Habermas y cuantos defienden la llamada "ética dialógica", vienen preguntándose hace ya algunos años cómo es posible mantener una sociedad pluralista, siendo así que en ella tienen que convivir ciudadanos que tienen distintas concepciones de felicidad. No digamos ya una so­ciedad multiculturalista, en que las diferencias no son las que existen entre grupos formados en una misma cultura, sino entre distintas culturas. ¿Cómo es posible, no sólo que coexistan, sino que convivan, como decíamos antes?
La respuesta bastante generalizada es la de que la convivencia es posible siempre que las personas compartan unos mínimos morales, entre los que cuenta la convicción de que se deben respetar los ideales de vida de los conciudadanos, por muy diferentes que sean de los propios, con tal de que tales ideales se atengan a los mínimos compartidos.
Este empeño en defender y potenciar unos mínimos pa­ra que sea posible una convivencia real tiene sus raíces históricas en la nefasta experiencia de las guerras de religión, que asolaron Europa a fines de la Edad Media y comienzos de la Moderna. Estas guerras tuvieron sin duda causas económicas y políticas, e incluso se debieron también a motivaciones psicológicas de ambición y poder, sin embargo, se revistieron con la capa de la intolerancia religiosa, y causaron tal numero de matanzas, torturas y todo tipo de sufrimiento físico y moral, que cuando empezó a experimentarse en algunos países la posibilidad de que gentes con distintos cre­dos religiosos convivieran pacíficamente, respetando de forma tolerante sus desacuerdos, pareció abrirse una nueva época: no tener el mismo ideal de vida que el conciudadano no significaba intentar eliminarle; la convivencia pacífica con él era perfectamente posible, e incluso fecunda, siempre que se compartiera con el la convicción de que todos los seres humanos merecen igual respeto y considera­ción, y que están perfectamente legitimados para desarrollar sus planes de vida, siempre que permitan a los demás actuar de igual modo.
Esta nueva experiencia que, así enunciada, puede parecernos una obviedad, no lo es, sin embargo. Y no sólo porque a la humanidad le costo bastantes siglos de aprendizaje sino porque una cosa es aprender a formular el enunciado, otra bien distinta, ponerlo en practica.


CONCLUSIONES

    La ética civil, como reflexión ético-filosófica (con todas sus características), es posible en una sociedad de suyo pluralista y totalitaria, y viene a ser el modelo ético a seguir en estos últimos tiempos, llegando tal vez a convertirse en un sistema ético (y de hecho ya lo es) a la manera del estoicismo, o la ética de las virtudes, etc.
Podemos, entre todos, mediante el consenso y el dialogo, conformar los contenidos de la ética civil, formando así el contenido de normas morales que nos regirán, para tener una vida digna, justa y feliz.
La ética civil, en cuanto normativa de vida esta llamada a cumplir una serie de funciones para buscar la igualdad entre todos los seres humanos, y mas que la igualdad, buscar que se pueda convivir en paz, en un mundo en el que todos pensamos y sentimos diferente.
Es cierto que no hay aun una ética civil como tal, pero entre todos debemos tratar de conformarla, por todas las razones antes expuestas, para poder vivir, sobrevivir. Es un esfuerzo de todos, el cual debemos hacer para construir un ideal de vida no basado en concepciones individuales sino en el consenso popular, sin caer en un sociologismo.
Los cristianos debemos aceptar con acertividad la propuesta de la ética civil, aportando nuestras ideas para que, purificada de todos los vicios que pueda tener, sea la mejor forma ética del mundo contemporáneo y que todos, creyentes y no creyentes, la aceptemos con agrado porque nosotros mismos la hemos constituido y asumido.

BIBLIOGRAFÍA

·         CORTINA, Adela. Ética civil y religiosa. 3 ed. Madrid: Tecnos, 1984. 126 p.
·         Ética mínima. 3 ed. Madrid: Tecnos, 1986. 295 p.
·         GONZÁLES, Luis. Ética. 3 ed. Bogotá: El búho, 2006. 327 p.
·         VIDAL, Marciano. Moral de actitudes. Tomo I. 8 ed. Madrid: PS, s.f. 902 p.
·         La estimativa moral. Propuesta para una educación ética. Madrid: PPC, 1996. 192p.
·         La ética civil, riqueza del cuerpo social y justificación de la convivencia pluralista y democrática. En: Moralia, Revista de ciencias morales. Vol. V. No. 17-18. (1983). p. 89- 113.
Fuentes virtuales:
•http://www.laboratoriosamerica.com.co/web/congreso2000/descargas/msword/eticacivil.doc
•http://biblioteca.itam.mx/estudios/estudio/letras42/textos2/sec_7.html
•http://www.fespinal.com/fespinal/castellano/visua/es118.htm#4.%20Ética%20Civil



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