RESUMEN DE LA OBRA LOS DE ABAJO Mariano Azuela
El campesino rebelde Demetrio
Macías se encuentra en su rancho El Limón con su mujer y su hijo cuando los
federales llegan a buscarlo y se oculta.
Luego de matar al perro, los
soldados entran y, al encontrar sola a la mujer, el oficial intenta violarla.
Demetrio aparece rifle en mano, insolente y despreciativo. Los federales,
asustados, se alejan del lugar.
Por temor a futuras represalias,
Demetrio manda a su mujer, con el niño en brazos, a casa de sus padres, en
tanto que él se encamina a las montañas en busca de sus correligionarios. Poco
después el rancho arde en llamas.
Demetrio Macías es elegido jefe
de los rebeldes. En la primera batalla contra un destacamento gobiernista, los
alzados derrotan a los federales y éstos huyen despavoridos, pero en la refriega
hieren a Demetrio.
Sus compañeros lo conducen a un
miserable pueblecito cercano, donde son recibidos con gran hospitalidad.
Al día siguiente, hacen
prisionero a un estudiante de medicina, Luis Cervantes, desertor del bando
federal que quiere incorporarse a la causa revolucionaria.
Primero lo encierran, pero
depuestas sus sospechas, lo dejan en libertad.
Habiendo sido herido por los
hombres de Macías cuando lo prendieron, el propio Cervantes se cura y más tarde
también atiende a Demetrio.
Así, poco a poco, va cambiando la
situación del estudiante y los hombres lo aceptan como a uno más de los suyos.
Días después, los revolucionarios
parten hacia Zacatecas, para unirse a las fuerzas del general Pánfilo Natera.
Durante el trayecto, en un pueblo
se encuentran con tropas federales y las atacan.
El asalto comienza. La
descripción de la batalla es muy cruda. La brutalidad y la fiereza caracterizan
a los hombres de Demetrio, que se dedican al pillaje luego de la victoria.
Posteriormente, en Fresnillo se
unen a la gente de Pánfilo Natera, quien hace coronel a Demetrio. Llegan a
Zacatecas y el primer asalto fracasa, pero luego derrotan a los federales y
toman la ciudad.
Corre el año 1914. Demetrio
Macías ya es general. Los revolucionarios han alcanzado gran poderío y cometen
toda clase de atropellos, destruyendo cuanto encuentran a su paso.
También está en ello Luis
Cervantes, quien se ocupa de robar las joyas de las familias ricas que han
huido ante la embestida revolucionaria.
En un lupanar, Demetrio conoce a
la Pintada, y la hace su amante.
La tropa rebelde toma rumbo a
Moyahua, la tierra de Demetrio Macías. En los pueblos que atraviesan exigen
aguardiente, dinero y armas; además, saquean e incendian las mansiones de los
ricos.
Un correo urgente ordena la
salida de la tropa rebelde hacia Jalisco. Camila, una joven de buenos
sentimientos que Luis Cervantes trae al lado de Demetrio para ganarse la
voluntad de éste, va tomando ascendiente sobre el caudillo y lo inclina a ser
más considerado y compasivo con los prisioneros.
Mientras, la brigada aumenta día
a día.
Ahora deben trasladarse a la
ciudad de Aguascalientes, donde se celebrará una reunión de jefes
revolucionarios. Mientras, hay un altercado y la Pintada mata a Camila.
Demetrio, entonces, echa de su lado a la celosa y criminal soldadera.
En la Convención de
Aguascalientes no se llega a ningún acuerdo. Macías, aunque no entiende nada de
cuanto sucede, promete a Natera seguir con él y luchar a favor de Francisco
Villa en contra de Venustiano Carranza, quien ha sido desconocido por dicha
Convención.
Pasado un tiempo, la brigada de
Demetrio Macías comienza a desintegrarse. Villa sufre la derrota de Celaya y
Carranza va ganando terreno. La situación es crítica. Ya nadie sabe de qué lado
está la verdad de la revolución.
Las continuas luchas y saqueos
han dejado tristeza y desolación.
Luego de casi dos años de
ausencia, Demetrio vuelve a ver a su mujer y a su hijo. El encuentro es
sumamente breve.
Después, Demetrio regresa a la
sierra, donde él y su gente entablarán varias batallas contra los federales.
En la última, los fieles
compañeros de Macías van cayendo uno a uno.
Demetrio queda solo, pero sigue
luchando, sin errar un tiro.
De pronto se disipa el humo de
los fusiles: Demetrio Macías sigue apuntando al enemigo, pero esta vez con los
Ojos fijos para siempre.