GUION TEATRAL DE LA CAPERUCITA ROJA
El escenario presenta: a la derecha la casa
de Caperucita, en la que se ven una mesa y tres sillas, dispuestas de modo que
ninguna da la espalda a los espectadores, sobre la mesa, una tarta con velas;
en el centro, el bosque, con árboles, pajaritos y conejitos —representados por
niños—; a la izquierda, la casa de la abuelita con una cama
ESCENA PRIMERA
Caperucita —que aún no lleva puesta la
caperuza— y su madre están sentadas a la mesa. La niña no cesa de relamerse
mientras mira la tarta. No puede aguantar más, así que unta el dedo en ella y
luego se lo lleva a la boca. Mientras ellas hablan, la abuelita sale de su casa
y cruza el bosque. Lleva un paquete en la mano.
Mamá: No me gusta que seas tan golosa. Es de
muy mala educación comer con los dedos. Además, tenemos que esperar a la
abuelita.
Caperucita: Mamá, es que tarda mucho y tengo
hambre. ¿Qué me regalará?
La abuelita llega a la casa de Caperucita.
Abuelita: ¡Hola! ¿Cómo estáis? ¡Qué nieta más
guapa tengo! ¡Felicidades!
Caperucita y su
madre se levantan para besar y abrazar a la abuela
Mamá: ¡Qué alegría verte!
Caperucita: ¿Ya nos podemos comer la tarta?
Abuelita: Abre primero tu regalo
Caperucita
desenvuelve el regalo
Caperucita: ¡Ay! ¡Qué nervios! ¡Qué capa tan
bonita! ¡Qué caperuza más roja!
Caperucita besa a la abuela y las tres se
sientan a la mesa. Se oye la canción Cumpleaños Feliz y Caperucita sopla como
si apagara las velas. Después fingen comer.
Abuelita: Me voy a marchar porque no quiero que
se me haga de noche por el camino
Las tres se
levantan
Mamá: Ten mucho cuidado con el lobo.
Abuelita: No te preocupes. El lobo se ha
marchado a la ciudad porque, como allí vive más gente, cree que va a encontrar
más comida
Caperucita: Adiós, abuelita.
La abuelita se marcha por el bosque. Baja la
intensidad de la luz para indicar que anochece
ESCENA SEGUNDA
Aumenta la luz para señalar el amanecer.
Caperucita —ya lleva puesta la capa— y su mamá están en su casa. La abuelita en
la suya, metida en la cama. En el bosque, el lobo.
Lobo: ¡Vaya idea mala tuve con irme a la
ciudad! ¡Todo está lleno de coches! ¡De milagro no me mató un autobús! La
ciudad no es para mí. Menos mal que ya estoy otra vez en el bosque. Voy a
descansar un rato y luego buscará a alguien para desayunar.
Se esconde entre
los árboles
Mamá: ¡Caperucita! Acaba de llamar la
abuelita. Está un poco enferma y se ha quedado en la cama, así que acércate a
su casa y llévale esta cestita con un pastel y un tarrito de miel.
Caperucita: Pero mamá,. Si lo que tendrá será una
indigestión por la tarta. ¿No será mejor que le prepares una manzanilla?
Mamá: No me gusta que seas tan sabihonda y
tan repipi. Harás lo que te digo.
Caperucita: Bueno. Tampoco es para que me regañes.
Mamá: ¡Ah! Aunque se ha ido el lobo, ten
mucho cuidado y no te entretengas. Yo, mientras, voy un rato a charlar con las
vecinas.
La mamá se marcha por la derecha. Caperucita sale
al bosque. Da vueltas por el escenario. Se agacha como si cogiera flores. Se
sienta a escuchar el canto de los pájaros. Se tumba en el suelo. Se levanta.
Salta. Todo al ritmo de la música
Conejitos: ¿Dónde vas Caperucita, tan de mañana
con una capita de lana?
Caperucita: A casa de mi abuelita, a llevarle este
pastel y este tarrito de miel.
El lobo, sin que
le vean, se asoma entre los árboles
Lobo: ¡Qué suerte! Una niña ¡Qué tierna debe
de estar!
Se oculta de
nuevo
Árboles: ¡Caperucita! ¡Caperucita! ¿Estás
perdida? ¿Qué buscas?
Caperucita: Voy a casa de mi abuelita. Le llevo un
pastel y un tarrito de miel.
Árboles: Sigue ese camino y ten mucho cuidado
Vuelve a
asomarse el lobo
Lobo: Se me hace la boca agua. Pero si me la
como aquí, seguro que algún chivato le lleva el cuento a su madre y me busca un
lío.
Se esconde
Pajaritos: ¡Oh, linda niña! Hace una hermosa
mañana
Caperucita: Sí. Brilla el sol entre nubes de
algodón.
Se asoma el lobo
Lobo: Pues sí que es cursi la pobre. En fin,
la voy a engañar para comérmela tranquilamente en casa de su abuela. Allí nadie
me molestará.
El lobo sale al encuentro de Caperucita
Caperucita: ¡Buenos días, señor! ¿Sabe usted por
dónde podría ir a casa de mi abuelita? La pobre tiene un empacho de tarta y mi
mamá se ha empeñado en que le lleve un pastel y un tarrito de miel.
Lobo: Pues le iría mejor un poco de
bicarbonato. En fin, vete por ese camino. Ya verás que pronto llegas.
Caperucita: ¡Muchas gracias, señor! Es usted muy
amable y muy simpático. Hasta luego.
Se marcha dando vueltas por el bosque.
Lobo: Sí que ha sido fácil engañarla.
Se oye una música amenazadora
ESCENA TERCERA
El lobo se ha aproximado a la casa de la abuelita, quien
está tumbada en la cama. Caperucita sigue dando vueltas por el bosque. Entre
los árboles se ve a los cazadores.
Abuelita: ¿Quién viene?
Lobo (disimulando la voz): Soy yo. Tu nieta Caperucita. Te traigo
un pastel y un tarrito de miel
Abuelita: ¡Vaya! Más dulces. Si me los como
reviento. Pero, bueno, cariño, pasa.
Entra el lobo. La abuela se desmaya al verle
Lobo: La vieja se ha desmayado. Mejor. La
esconderé y si después de comerme a Caperucita todavía tengo hambre me servirá
de postre, aunque debe de estar un poco dura.
El lobo saca a la abuelita de la cama y ocupa su
lugar. Llega Caperucita
Caperucita: ¡Abuelita! ¡Ya estoy aquí! Traigo un
pastel y un tarrito de miel.
Lobo (disimulando
la voz) Entra, hijita, entra.
Siéntate a mi lado.
Conejitos: ¡Cazadores! ¡Cazadores! Rápido, a casa
de la abuelita.
Caperucita: ¡Qué orejas más grandes tienes!
Lobo: Para oírte mejor
Árboles: ¡Cazadores! ¡Cazadores! Corred,
deprisa
Caperucita: ¡Qué ojos más grandes tienes!
Lobo: Para verte mejor
Pajaritos: ¡Cazadores! ¡Cazadores! Salvad a
Caperucita
Caperucita: ¡Qué boca más grande tienes!
Lobo: Para comerte mejor
El lobo se levanta y va hacia Caperucita, pero en ese
momento entran los cazadores
Cazadores: ¡Quieto si no quieres que te
disparemos!
Lobo: Pero si sólo estamos jugando. ¿Verdad,
Caperucita?
Caperucita: ¡Mentira! Me querías comer.
Lobo: Pero si estoy a dieta. Además me he
hecho vegetariano y macrobiótico
Cazadores: Eso ya se lo explicarás al juez. Estás
detenido.
Música y
baile general.
Recopilado de la obra de Francisco Javier Bernad Morales