ANECDOTA
UN DIA DE PASEO
Me llamo Evoni y les voy a relatar una anécdota mía a la que se
le puede sacar una conclusión ejemplarizante. Les voy a contar una que oí hace
poco por boca del médico donde fui a causa de una quebrada de quijada que me
ocurrió por ser como siempre tan traviesa.
Resulta que en fui con todos mis hermanos y
padres al parque de la familia situado en alto de la Alianza, allí estuve
jugando con mis hermanos vimos los animales que allí se encuentran, el cóndor.
Subimos a los toboganes, corrimos, saltamos hasta cansarnos.
En una acción poco inteligente me subí a una
malla o enrejado que había por allí y un perro que estaba al otro lado de la
calle, me ladró, entonces yo caí al suelo de cara.
Me dolía todo, no recuerdo nada mas que un
golpe fuerte en la mandíbula, creo que me desmaye, pues no recuerdo nada.
Cuando desperté vi a mis padres llorando junto
a mi, en la cama de la posta de salud de alto de la Alianza, allí estaba yo
recostada, recuperándome del fuerte golpe y desmayo que tuve.
Con el golpe me rompí la quijada o mandíbula de
la cara, dicen mis padres que estuve desmayada como unos 15 minutos.
Pero no lo creo por que si fuera así yo ya
estuviera muerta.
Solo sé que me golpee duro y que tuvieron que
hacerme un análisis de radiografía para saber cuantos huesos de la cara estaban
rotos.
Felizmente en la radiografía no se detectó
ninguna herida o lesión de consideración.
Solo mi quijada estaba torcida hacia un lado y
tuvieron que corregírmela con tratamiento médico.
Ahora se que debo tener mucho cuidado y no
jugar descuidadamente pues el peligro ronda por todo lado y en todas partes.
El momento menos pensado, se presenta un
accidente y es necesario ser precavidos.
Mis padres me aconsejaron que no debería
colgarme de rejas, rendijas o paredes. Ni en el parque, ni el colegio, ni en la
casa, ni en ninguna parte.
Solo así evitaré los accidentes que me hacen
daño y me lastiman, que incluso si por desfortuna caigo mal me puede causar la
muerte.
Amiguitos y amiguitas aprendamos a cuidarnos y
a ser muy atentos a los peligros que nos acechan.